Llegué a tener veintidós años,
largos como espera sin fe.
De pronto comprendí:
nunca hice nada
que valiera la pena. Nunca,
junto a mí, nadie que valiera
la pena.
Nunca cortas caricias
exploraron sobre mi piel.
Sólo frente a mí mismo,
solo en el mundo. Solo.
Hace tiempo que vi
con tristeza indecible
que no era un hombre como todos.
Ahora toca pensar
qué voy a hacer en este mundo
tan raro, tan lejano
Bah. Es lo mismo. Acabaré
chocando contra el muro
o perdido en el fondo
del mar.
Y ya siento que empiezo
a morirme de frío.
(Bilbao, 1969)
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años
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