A Joan Margarit, que –a pesar
de jugar “con las cartas marcadas
por el pasado”– acepta el envite
de la “edad roja”.
de jugar “con las cartas marcadas
por el pasado”– acepta el envite
de la “edad roja”.
En la baraja usada tanto tiempo,
perdieron el color los corazones;
las picas, rotas; tréboles sin hojas;
y los diamantes sólo piedra oscura.
Sin embargo, no acaba la partida.
¿Quién juega contra mí dentro de mí?
De noche en noche, todo más a solas.
La apuesta soy yo mismo contra qué...
Tan de repente todo está tan lejos.
Es necesaria una baraja nueva,
naipes para ser libre del azar.
El tapete del juego, rojo vivo.
Mis poemables en "Tiempo a destiempo"http://yozuniga.blogspot.com/
tú mismo contra tí en un tapete rojo
ResponderEliminarun beso
Esto de ser jugutón a veces es incómodo, ya lo creo.
ResponderEliminarlinda metáfora, quiero yo también mi baraja nueva, caray
ResponderEliminarY un as en la manga, Santi?
ResponderEliminaruna baraja nueva ... siempre son mas difíciles de jugar con ellas son mas fáciles cuando están usadas pero no taaaaan usadas jajajajaja
ResponderEliminarun beso grande!!
Es verdad, Sylvia, resbalan las cartas. Pero hay que cambiar de baraja, no?
ResponderEliminarBeso.