Te he querido
hasta fracturarme entre tus huesos,
hasta la última vértebra de mi espina dorsal,
hasta licuarme sobre tu amplio esternón,
te he querido hasta romperme la pelvis
porque contigo se corrían poemas
entre mis piernas.
Te he querido
desde Valencia a París
y bailar nuestro último tango.
Te ha querido
un esqueleto
que ahora
encaja sus piezas.
amor que baila entre palabras y siente entre las piernas
ResponderEliminarque buen poema de su libro abierta de piernas, del cual me estoy empapando ahora. genial.
ResponderEliminar