En gratitud a Carla Badillo
Por la huerta -cristo que arde sin
clavos en una cruz de alambres-
he visto el paraje triste como tu ojo,
pequeño pájaro
enredado en la trampa de un díscolo.
clavos en una cruz de alambres-
he visto el paraje triste como tu ojo,
pequeño pájaro
enredado en la trampa de un díscolo.
Lava, mujer, el ojo sin niña, en la tela
de mi canto. Y tiéndelo. Blanco
hasta que las mariposas negras lo golpeen
con su afán;
contra la ondeada libertad entre pinzas
baten toda frescura en la herida
del tiempo. Este tiempo que grita,
-crucificado en las alambradas
que nos separan del huerto-
con voz desgarrada, no vómito y llanto.
Que judas se guarde su plata.
Se la trague y no florezca
en este huerto ni en mi saliva halle gusto.
(De la plaquette "en un tiempo de gran orfandad")
gracias por la lectura y exposición de este poemita.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
Víktor
Qué puedo decir desde mi rincón, qué es el mismo, el que no se halla a vista de todos, pero es de todos.Solo mi gratitud a Viktor por este poema. Darle un "yupaichani mashi" tal como lo hace un pájarito azul. Y desde la palabra y la lucha que nos une.
ResponderEliminarEs lo suyo, Viktor, lo descubrí de casualidad y me gustó. Y vi más plaquettes en una colección que ahora no recuerdo... Irán saliendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carla, a ti va dedicado. Por algo será.
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