Oigo la llamada de tu pecho, de tu boca
que como una sirena desde lo profundo
me invita al reencuentro
porque tu deseo no muere contra mi piel
mi mar de búsquedas te anega
más no te apaga el líquido derramado
Y vuelves para chocar contra mí de nuevo
Te alejas, sí, huyes de esta complicidad inesperada
que se satisface en vino rojo
y en sobremesas con sabor a peligro y cicuta
te alejas, enderezas las velas, te arreglas el pelo,
despejas la cubierta, te sacudes la falda,
vuelves a tu rumbo bien trazado de residencial cara
a tus puertos a resguardo de sueldo fijo y conyugal cariño
con las bodegas llenas de tesoros, como tu despensa,
tus barriles de agua, tus reservas
Pero al cabo vuelves
a saciarte de nuevo del sudor repetido y la sonrisa incontrolable
de esta inmensa pasión fugaz
que un día descubrimos.
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años
y vuelve una vez más, hasta la saciedad
ResponderEliminaresto es precioso
beso
encontrarse y reencontrarse, vuelta a vuelta, cuerpo a cuerpo
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