lunes, 16 de noviembre de 2009

Apunte del setenta.Gsús Bonilla




nací
en el seno de un establo

donde mi abuelo
era propietario de una vaca de manchas negras
y la leche de ésta
mi alimento

manchada se secó
y fuimos en busca de nuevos horizontes.
habitábamos por entonces
entre chabolas construidas a medias
en el estraperlo de la noche
y otras, las más

en el alambre de un alquiler.

-y como ya apunté en otros poemas-
en el camino
de la infancia hasta mi adolescencia
hubo un océano de zancadillas.

-posiblemente este principio
no venga a cuento-
y debía de haber empezado
por el suelo

en el que mi madre
en cuclillas
me cantaba el

jesusito de mi vida eres niño cómo yo
por eso te quiero tanto y te doy mi corazón
tuyo es
mío no

¡tuyo es, mío no!

me cantaba
para curarme las heridas

y consiguió

levantarme más ampollas.

5 comentarios:

  1. hay madres y madres, ideas e ideas, rastros y rastros

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  2. los nuevos horizontes siemre están ante nosotros, unas veces más lejos, otras más cerca

    un beso

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  3. que buen poema sacado de su peazo libro el forro, gran seleccion maestro zu

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  4. Hay de todo, Santi.

    Los horizontes siempre están más lejos, Ana.

    Me alegro se he acertado, no era sencillo, Ángel.

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  5. Ya conocía este poema de Bonilla. Es un poeta muy interesante.

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