jueves, 5 de noviembre de 2009

El tigre. David González

Javi tenía tatuado
un tigre en el antebrazo.
Bueno, no sé si era
un tigre o un leopardo,
algo así,
y se chutaba en las pintas
de la piel del animal
porque de esa forma
no se le notaban las marcas.
Y así siempre.
Hasta que un día
el tigre se cansó,
y le comió el brazo
de un mordisco.

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