te quejabas por nada
y lo sabías
sabías que robaba
calderilla
del monedero de mi madre
para comprarte regalices
regalices que te comías
mientras yo te narraba
el atraco
el asalto al fondo económico materno
hasta que fui sorprendido
más tarde que temprano
sería preso y prófugo a la vez
y decidí contártelo
por ver si en ti
había piedad
¡y una mierda!
te seguiste quejando
por la falta de regalices negros
joer zuñi, muchas gracias, últimamente me encuentro en diversos blogs, y no sé si es porque la gente me quiere (no pretendo creérmelo, honestamente), porque escribo más o menos algo que gusta (nuevamente tampoco pretendo creérmelo) o es fruto de la casualidad.
ResponderEliminarPero que narices me gustan estas casualidades, muchas gracias de corazón zuñi.
A mí me gusta. Y también me caes bien. Zuñi dixit.
ResponderEliminarmuy bueno el poema de ángel, como todos los suyos
ResponderEliminarbesos
Ángel, puedes creértelo o no, tú verás, pero si estás, es porque eres un tipo que trasmite, que mueves a la gente, que eres fresco y honesto y a mi me gustas desde ese primer contacto, con un poema genial que me hizo reír y llorar a la vez, y eso amigo no es tan sencillo.
ResponderEliminarGran abrazo con achuchón.
Yo de nuevo, que gracias Jose, que se me olvida, qué cabeza, que el responsable de este blog eres tú, esto de estar como en casa, es lo que tiene, a perdonar...
ResponderEliminarBesín y gracias.
Qué grande eres, Bego.
ResponderEliminarEso es, Ana: es lo que queda...
ResponderEliminarsi es que son muy egoístas, no nos merecen
ResponderEliminar