Salimos a la noche.
El cielo todo lleno
de lunares de plata.
Abajo el mar.
Sobre la arena
una barca sin nadie.
Y en lo alto la casa.
El aire escribe allí su tiempo.
La campánula en flor,
sube orgullosa
por entre el enrejado,
y pétalos de luna
llueven sobre los pinos.
En el porche, un viejito,
enciende su sonrisa
para saludarnos.
La mujer nos ofrece limonada
y pastel de frambuesa.
Diremos
que nos hemos perdido
y aceptaremos
pasar allí la noche.
Mis poemables en "Tiempo a destiempo"
http://yozuniga.blogspot.com/
ya no son los tiempos en que se aloja al extraño solo por haberse perdido, tal confianza es de hace años, no la hay hoy
ResponderEliminarSabia reflexión, pero Soco sabrá conseguirlo.
ResponderEliminarDIME DONDE PUEDO ENCONTRAR UN ALMA COMO LA TUYA
ResponderEliminar