Del árbol caído todos hacen leña.
Es fácil sacar un pedazo del árbol caído, es fácil aprovecharse de su horizontalidad, de su estar indefenso, vencido.
Uno le arranca una rama para hacer fuego.
Pero la rama del árbol caído contradice la llama, la apaga.
Uno lo trocea para hacer la casa y la casa se derrumba.
Uno quiere una silla, y estará de pie.
Otro un ataúd, y el muerto resucita, es Lázaro.
Del árbol caído todos buscan hacer leña, pero esa madera no sirve para nada. Las tablas extraídas del árbol caído están llenas de fatiga, de una línea horizontal indestructible, llena de la derrota.
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años
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